Es muy habitual que solo acudamos al médico cuando creemos que algo no está bien o no funciona como debería. Pero lo cierto es que, en según que especialidades, es conveniente que, de forma preventiva, acudamos con una periodicidad determinada, aunque no haya un motivo concreto.
Es el caso de las revisiones ginecológicas, las cuáles se recomienda realizar con una periodicidad específica.
¿Por qué son necesarias las revisiones ginecológicas?
Varios son los motivos por los que acudir a nuestro/a ginecólogo/a de confianza es una muy buena idea.
- En primer lugar, la prevención. Aunque no tengamos ningún síntoma o no hayamos detectado que algo no funciona del todo bien o como siempre, es posible que durante una revisión se pueda ver algún problema latente. La importancia de la prevención es clave, sobre todo a la hora de detectar cualquier anomalía en una fase más temprana. Esto mejora de forma considerable las expectativas de una mejoría y curación.
- Una buena revisión ginecológica incluye pruebas de diagnóstico, por ejemplo, de imagen, que permitirá ver más allá de lo que una simple revisión visual o una palpación puede detectar.
Pero los ginecólogos no solo estamos para realizar un control de tu salud reproductiva. Muchas son las dudas que surgen durante las distintas etapas en la vida de la mujer, durante las cuáles se producirán una serie de cambios notables: inicio de la menstruación, embarazos, menopausia…
Los ginecólogos te acompañaremos durante gran parte de tu vida, y nuestra labor será resolver todas las consultas y dudas que tengas en cada momento, por ejemplo, sobre planificación familiar, el uso de anticonceptivos, embarazo y lactancia etc.
¿Cuándo empezar a hacer revisiones ginecológicas?
Lo recomendable es que la primera visita el ginecólogo se realice de forma orientativa entre los 13 y 15 años, es decir, durante la pubertad, a no ser que antes aparezca algún motivo de preocupación y consulta que requiera adelantar la primera visita.
La realidad es que en España aún son muchas las jóvenes que retrasan su primera visita el ginecólogo, en parte por el desconocimiento de en qué consiste realmente una revisión ginecológica o el temor de que sea dolorosa o incómoda.
Lo cierto es que debemos pensar en una revisión ginecológica como una consulta médica más en la que los beneficios superan con creces a las molestias momentáneas o al temor que puede crear la primera visita. Parte de nuestra labor es la de concienciar sobre la importancia de estas revisiones, que nos permitirán hacer un primer historial completo de la paciente y revisar que todo esté correcto, o, en su caso, detectar de forma temprana cualquier anomalía.
Además, esta primera consulta nos permitirá resolver todas las dudas que surgen a estas edades con respecto a los cambios que están experimentando.
¿Cada cuánto tiempo hay que hacer una revisión ginecológica?
Existe un consenso generalizado entre los profesionales médicos sobre la conveniencia de realizar una revisión anual.
En cualquier caso, será la historia clínica específica de la paciente la que determine cuándo y con qué periodicidad son necesarias estas revisiones.
¿En qué consiste una revisión ginecológica?
Durante la revisión ginecológica se explora con detalle el aparato reproductor femenino para revisarlo en profundidad. Por eso son tan importantes este tipo de pruebas.
La exploración tanto externa como interna de los genitales puede servir para realizar un diagnóstico precoz de distintas anomalías como la existencia de pólipos, endometriosis e incluso la existencia de algún tumor.
Inicialmente, se lleva a cabo una exploración externa de los genitales: vulva, perineo y la parte anterior de la vagina.
La exploración interna permitirá observar el estado y aspecto de la vagina, el útero y ovarios. Esta exploración se lleva a cabo mediante la realización de la llamada ecografía vaginal, la cuál permite detectar cualquier anomalía en el sistema reproductor. En los casos en que la paciente aún no haya tenido relaciones sexuales, lo que podría producirle ciertas molestias al hacer esta prueba, se puede llevar a cabo la ecografía abdominal, que, aunque menos precisa que la vaginal, también pueda resultar útil.
Además de la exploración de los genitales, es habitual que también se revise el estado de las mamas. Esto no solo nos permite comprobar la existencia de alguna alteración, si no que nos sirve para enseñar a la paciente la importancia de realizar una autoexploración periódica de sus pechos con el objetivo de detectar precozmente cualquier anomalía.
En función de los resultados de esta revisión, es posible que se realicen otras pruebas complementarias, como es el caso de la biopsia, que es la extracción de unas pequeñas muestras de células uterinas para su posterior análisis (citología) en la búsqueda de infecciones, tumores etc.
También es posible que según nuestra edad (aproximadamente a partir de los 40 años), nuestro historial clínico y antecedentes familiares, o tras una exploración, también se recomiendo la realización de una mamografía.
La mamografía es una prueba específica que permite ver con detalle el tejido interno de las mamas y detectar cualquier alteración. Se trata de una prueba de suma importancia para la detección precoz del cáncer de mama.
Pero, durante la consulta no solo se realizará una exploración. Es igual de importante realizar una serie de preguntas para que la paciente nos de información que puede ser relevante, como si tiene ciclos regulares, menstruaciones muy dolorosas o abundantes, si ha notado algún cambio en sus ciclos etc. Esta información, junto con la revisión, nos permitirá actualizar su historial clínico y nos proporciona detalles relevantes al a hora de emitir, si es necesario, un diagnóstico y tratamiento.
Conocer nuestro cuerpo y cuidar de nuestra salud deben ser nuestros objetivos y, para ello, las revisiones ginecológicas resultarán ser un gran aliado.
En Clínica Aísa podrás realizar tu revisión ginecológica con profesionales médicos expertos. Además, contamos con toda la aparatología necesaria para la realización de todo tipo de pruebas diagnósticas. Aparatos de última generación para un diagnóstico preciso.
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