Con respecto al embarazo y la maternidad, existen una serie de creencias populares que no son correctas y que nuestros expertos de reproducción asistida de Zaragoza querrían aclarar:
Respecto a la edad del embarazo
Muchas personas creen que se puede ser madre a los 40 años o incluso con más edad, de forma natural, cuando la realidad es que a partir de los 35 años las probabilidades de conseguir un embarazo natural va descendiendo drásticamente.
Dicho de otra forma, hasta los 35 años aproximadamente las probabilidades de que un embrión se implante en el útero gira en torno al 35%. A partir de los 40 años esta probabilidad desciende hasta el 20%.
La edad del hombre también es determinante, ya que a partir de los 40 años su fertilidad también disminuye, siendo más costoso conseguir el embarazo.
La reproducción asistida sirve en cualquier caso
Muchas personas también creen que las diversas técnicas de reproducción asistida pueden suplir esta disminución de probabilidades de embarazo. Y, aunque las técnicas de reproducción asistida pueden solucionar muchos temas relacionados con alteraciones en la ovulación, o de infertilidad en el caso de los hombres, a veces no es posible solucionar aquellos problemas relacionados con la baja calidad de los óvulos relacionado con la edad.
Técnicas como la vitrificación de óvulos sin embargo, pueden facilitar que una mujer quede embarazada con sus óvulos preservados cuando la calidad de estos no había disminuido.
Mujer y menstruación
Muchas personas creen que mientras una mujer tenga la menstruación, esta mantendrá su fertilidad. La realidad es que aunque aún se tenga la regla de forma regular, en torno a los 5 años anteriores a la llegada de la menopausia la posibilidad de embarazo es muy reducida.
Píldoras anticonceptivas
La toma de píldoras anticonceptivas puede provocar que al dejarlas se tarde más en quedarse embarazada. Esto no es cierto puesto que las píldoras no afectan a la fertilidad de la mujer y dejan de surtir efecto en el momento de dejar de tomarlas.
Ejercicio y fertilidad
Aunque la práctica habitual de actividades físicas no tiene un efecto directo sobre la fertilidad si que indirectamente favorecen esta ya que ayudan a combatir la ansiedad cuando estamos intentando conseguir el embarazo y a otras causas de infertilidad como la azooespermia y para evitar futuros fallos en la implantación embrionaria.