El ovocito secundario es uno de los dos tipos de ovocitos que pueden tener las mujeres.
Cuando hablamos de reproducción femenina, conceptos como el ovocito se escuchan muy habitualmente, pero, ¿qué es exactamente un ovocito?
A modo de resumen, podríamos decir que los ovocitos son óvulos en su fase más temprana.
Los ovocitos se forman dentro de los ovarios y contienen todo el material necesario para proveer de los nutrientes que se precisarán para llevar a cabo las sucesivas divisiones que se producen durante el desarrollo de un embrión.
Los ovocitos de los que dispone una mujer se crean durante la fase ya fetal. Esto quiere decir que una mujer nacerá con un número determinado de ovocitos que pueden oscilar entre los 400.000 y 750.000. De este número, muy pocos llegarán a su fase de maduración.
En caso de producirse la fecundación, el ovocito, junto con el espermatozoide, dará lugar al futuro embrión.
Para saber qué es el ovocito secundario, primero tenemos que hablar de los dos tipos de ovocitos que podemos encontrar. Su diferenciación se basa básicamente en el estado en el que se encuentra.
El ovocito primario está formado por una única célula (ovogonia) que se mantiene así hasta la pubertad.
Al inicio de la pubertad, el ovocito primario aumenta de tamaño y se divide en dos células: el ovocito secundario y el primero corpúsculo polar. Por tanto, el ovocito secundario es la célula grande resultante de la división del ovocito primario.
Para que el desarrollo de embrión sea posible, el ovocito debe estar compuesto por diferentes moléculas diferenciadas.
Partes de un ovocito secundario
Los ovocitos están compuestos de diversas partes, que podemos clasificar en:
- Citoplasma: se trata de un compuesto gelatinoso que se encuentra entre el núcleo celular y su membrana y que contiene gran cantidad de nutrientes necesarios para nutrir a la célula en el comienzo de su desarrollo.
- Núcleo celular: denominado vesícula germinal durante las primeras etapas del ovocito.
- Nucléolo: forma parte del núcleo y su principal función es la de la transcripción del ARN ribosomal. El ARN facilita la transferencia de información durante la síntesis de proteínas.
- Mitocondrias: las mitocondrias son las encargadas de proveer de toda la energía necesaria para el ovocito hasta la formación e implantación del embrión en su ubicación. Las mitocondrias se reciben a través de las células maternas, y serán las encargadas de controlar todo el desarrollo embrionario.
- Ribosomas: en los ribosomas se llevan a cabo las últimas fases de la síntesis de proteínas.
Como decíamos, cuando se reanuda la división celular del ovocito, durante la pubertad, de la división meiótica que sucede se obtendrán dos células: el ovocito secundario y el primer corpúsculo polar que degenera rápidamente.
Si llega a producirse la fecundación, se reanudará la división meiótica. De producirse, volverá a generarse un segundo corpúsculo polar y en este momento el ovocito podrá denominarse ya óvulo.
En caso de no haberse producido la fecundación, se detendrá la segunda meiosis.
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